
"Todos al agua, la puta que lo parió....”, gritó Fabio “la Mole” Moli, y varios intendentes de la zona, de impecables trajes, terminaron empapados dentro de la pileta. Aunque también aplaudidos por una multitud que se congregó para ver de cerca al campeón de Bailando por un Sueño , el invitado estrella del acto de inauguración del centro deportivo municipal de la localidad Pasco.
Daniel Delbono, intendente de la localidad ubicada en el departamento San Martín, a 200 kilómetros de Córdoba capital, no se fijó en gastos a la hora de cortar las cintas de la obra más emblemática de su gestión.
Como todo en pago chico, en los días previos, el cachet que cobró el boxeador, devenido en estrella mediática, fue el centro de los comentarios en los boliches del pueblo.
En el interior, el término “boliche” no tiene la misma connotación que en las ciudades. En las pequeñas localidades son reductos sencillos, donde sirven “grande” la medida de vino y el “vermú”. Son la parada obligada de muchos parroquianos cuando terminan las duras tareas rurales al mediodía y también a la tardecita.
Sus rivales en la política divulgaron una cifra sideral que embolsó “la Moli”, pero el intendente trató de cortar por lo sano con los comentarios, con un agradecimiento al boxeador. “Cobró menos de la mitad de lo que exige en otros lugares. Hizo más de 100 kilómetros en su propio auto y la gente quedó muy contenta por su humildad y la alegría que le imprimió al acto. Más allá de algunas críticas, nadie del pueblo se quiso perder estar cerca de ‘la Mole’. Hasta los perros vinieron a la inauguración”, graficó Delbono, con tono de hombre de campo.
“La Mole” construyó su fama nacional con su estilo campechano que cautivó al puerto de Buenos Aires. En Pasco, se sintió entre los suyos. Sulkys, caballos, con apero, y también 4 x 4 en los alrededores del polideportivo, marcaron que la curiosidad por conocer al ídolo perforó todas las capas sociales.
En un pueblo de poco más de mil habitantes, había casi la misma cantidad de personas en el acto. Con la aclaración de que una porción de asistentes era de pueblos vecinos, también atraídos por el boxeador y, ahora, artista.
“La Mole” llegó pasadas las 11 del último día del año pasado. Los pasquenses estaban aún conmovidos, ya que en la víspera del acto de inauguración más importante, quizás en la historia del pueblo, se incendió otro edificio emblemático: el salón del “9 de Julio”, el único club del pueblo y donde se realizaban las fiestas más notorias.
El salón siniestrado queda justo al frente del nuevo complejo deportivo. Cuando Moli se bajó de su auto y vio el estado del lugar, llevó una voz de aliento. “Cuando ustedes quieran, armamos una velada de boxeo y vengo a colaborar, sin cobrar un peso. Este salón debe quedar como estaba”, dijo el grandote, levantando la primera gran ovación del tórrido mediodía.
El intendente local convocó a sus colegas de la región, que tampoco quisieron perderse ver a la figura que muestra sus dotes de actor en un teatro de Villa Carlos Paz. Lo que no esperaban era que algunos terminaran en el agua, impulsados por la fuerza imparable de “la Mole”. Hasta un policía no pudo impedir que el boxeador lo arrojara a la flamante pileta.
Los pasquenses vivieron sentimientos opuestos en pocas horas. Una noche fueron testigos impotentes de cómo las llamas consumieron el lugar más nostálgico. En el salón del “9”, las distintas generaciones compartieron casamientos, cumpleaños, fiestas patronales y colación de grados.
Por allí pasaron artistas cordobeses en su apogeo como “la Leo”, Carlos “Pueblo” Rolán o Sebastián; o actuales como “la Mona” Jiménez y La Barra. También figuras nacionales como Juan D’ Arienzo, Sergio Denis o Valeria Lynch.
El fuego que consumió parte del salón principal de la localidad también es centro de comentarios envenenados. Se habla por lo bajo de que de hubo intencionalidad en su generación, por diferencias políticas que nunca faltan en los pueblos. La Policía Judicial trabaja en el tema y dicen que está sobre “pistas firmes”.
Alejado de cualquier rencilla pueblerina, como lo admitió el intendente, “la Mole” logró, al menos por un par de horas, apagar las llamas de las diferencias y todo el pueblo se reunió en el nuevo polideportivo.
Con el río más cercano a más de 30 kilómetros, el complejo que costó medio millón de pesos y que se financió con un aporte de 300 mil pesos del Gobierno nacional (el resto lo puso el municipio), promete cambiar los sofocantes veranos para los pasquenses.
En su discurso, el intendente no anduvo con vueltas. “Ahora, todos los veranos serán diferentes a los que pasaron”.
Muchos recordarán esta inauguración, porque conmovió al pueblo la presencia del cordobés más famoso del momento.
Fuente: La Voz del Interior
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